Qué hacemos
Desde Slow Food Illes Balears trabajamos para restablecer y recuperar la lógica alimentaria que durante siglos ha configurado y enriquecido el entorno y el patrimonio gastronómico de nuestras islas.
Apostamos por un modelo amplio capaz de diversificar el sistema económico imperante, revalorizando y reforzando la oferta del sector agroalimentario, convirtiéndola en una verdadera alternativa para mantener la gastronomía local como parte de nuestra identidad cultural y desarrollo sostenible.
Trabajamos para garantizar una mayor soberanía alimentaria, y al tiempo favorecer la conservación del paisaje y del entorno. De esta forma, apoyamos al sector primario, contribuyendo a la creación de un relevo generacional. Deseamos promover el aumento de la producción de alimentos locales, ecológicos, y de producción artesanal garantía de preservación del equilibrio de los ecosistemas. Y contribuir al crecimiento de una economía local y sostenible, conscientes de la creciente demanda por este tipo de actividad y productos.
Por todo ello, estos son nuestros objetivos:
-Promover los alimentos buenos, limpios y justos: productos locales, de alto valor organoléptico, en riesgo de desaparición; resultantes de una producción que defiende la biodiversidad agroalimentaria; y que proporcionen una retribución y unas condiciones de trabajo dignas.
-Defender la biodiversidad agroalimentaria local: salvaguardar el patrimonio de semillas, las variedades vegetales, las razas autóctonas animales y los conocimientos ancestrales del medio rural y marino.
-Conservar los protocolos de elaboración tradicionales y artesanos: establecer con los productores un protocolo compartido sobre técnicas de producción y objetivos de calidad, garantizando un futuro viable para estos alimentos.
-Conectar a los productores con el consumidor final, promoviendo el establecimiento de una cadena corta.
-Conectar en red a las comunidades productoras de alimento a través de Terra Madre Illes Balears.
-Promover que algunos alimentos locales entren a formar parte del catálogo inernacional Arca del Gusto de Slow Food.
-Llevar a cabo proyectos de Educación del Gusto. La degustación es una experiencia instructiva y de toma de conciencia.
-Llevar a cabo proyectos de Eco-alfabetización: los niños son agente y motor de cambio. Enseñarles los principios de la sostenibilidad a través del huerto escolar, con recorrido de la semilla al plato.
-Colaborar con otras entidades, organismos públicos y asociaciones a favor de la soberanía alimentaria local.
En nuestros proyectos tratamos estos objetivos y aspectos de manera que sean gestionados cómo un recorrido que va de la semilla al plato. Así se refleja en campañas como la recuperación del Pebre Bord de Tap de Cortí o Fruiters d’un Temps. He aquí todos los aspectos que tenemos en cuenta:
• La agricultura, ganadería y pesca tradicionales. Son las actividades de producción que mejor garantizan el equilibrio medioambiental y los alimentos más saludables, prescindiendo del uso de tóxicos, pesticidas y de métodos intensivos, monocultivos o sobreexplotación.
• La biodiversidad agroalimentaria local. Disponemos de un enorme patrimonio de variedades locales y razas autóctonas que son las que mejor se adaptan a nuestro clima y territorio. Este patrimonio está en peligro de extinción y debemos protegerlo.
• El paisaje y el territorio. Históricamente los agricultores han configurado nuestro paisaje, y son los agentes principales que trabajan para conservarlo.
• Tradición y cultura. La producción tradicional y artesanal de alimentos locales es indisociable de nuestras tradiciones y cultura.
• Innovación social. Defendemos una nueva relación con los productores de alimentos para acercarlos a los consumidores o coproductores. Ello implica unas nuevas relaciones interpersonales con los productores, que configuran un colectivo de inminente exclusión social: cada vez hay menos productores y su edad media está por encima de los 63 años.
• Comercio local y justo. En un mundo globalizado, la economía de mercado muestra sus limitaciones en cuanto a una justa distribución de los beneficios, a la gestión de recursos y a su impacto medioambiental.
• Consumo consciente y responsable. Nuestras decisiones en materia de alimentación provocan efectos directos sobre el mercado y, por tanto, sobre la producción alimentaria. Nuestras opciones diarias pueden ser dirigidas a beneficio del paladar, del equilibrio medioambiental y de la sociedad.
El alimento entendido como placer, toma de conciencia y de responsabilidad.
• Neogastronomía. La neogastronomía considera que es posible mantener una relación responsable y de amplio espectro con el alimento, combinando el placer gastronómico y el interés por la cultura de la comida y del vino con el deseo de defender la biodiversidad de los alimentos y de la naturaleza. Considera el acto de comer no sólo una necesidad biológica, sino también un placer convivial a compartir con los demás.